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5x1, no va a quedar ninguno: el negocio financiero y la fuga de dólares

El primer año del gobierno de Cambiemos se caracterizó por un fenomenal proceso de endeudamiento externo encarado desde el Estado, que posicionó al país como el principal tomador de crédito externo entre los países emergentes. Incluso, la colocación de abril de 2016 para “cerrar” el conflicto con los fondos buitre (unos USD 16,5 mil millones) fue consagrada como la más importante en la historia de un país emergente, record que sólo fue superado por Arabia Saudita unos meses después. El festival de deuda no cesó en 2017 y el gobierno continuó endeudándose en dólares con bancos privados (a través de REPO), actores locales (con LETES) e internacionales (a través de la colocación de bonos a 5 y 10 años).

Panorama monetario: menos crédito pero con aumento de la rentabilidad de los bancos

Los episodios de volatilidad cambiaria experimentados en 2018 reconfiguraron el esquema de política monetaria. Si bien las tasas de interés previo al primer episodio en el mes de mayo distaban mucho de reflejar la velocidad de baja que mostraban los relevamientos de expectativas de mercado, podemos decir que se sostenían en niveles promedio estables, y que tras la adopción del régimen de agregados monetarios prácticamente se duplicarían. Tal es el caso de la tasa de política monetaria y la tasa BADLAR, que en promedio se ubicaban a mayo en 31% y 23%, para luego cerrar el año en torno al 50% y 60%, respectivamente. Todo esto en línea con un salto en el tipo de cambio de 100% en términos interanuales (1).