El costo de la "gauchada": análisis del costo fiscal de la reducción de los derechos de exportación en 2015
En la inauguración de la exposición rural 2016 el presidente Mauricio Macri sostuvo que "desde hace siete meses trabajamos en el Gobierno para que el campo sienta que se le ha sacado la pata de encima y ahora se le está tendiendo la mano". No sólo se trató de un discurso presidencial que retomó una tradición de subordinación política al poder económico agroexportador abandonada hace 15 años sino que además consistió en un acto simbólico de reconocimiento del poder de la oligarquía pampeana: "El campo es mucho más que lo que puede producir, es más que los impuestos que puede pagar, es nuestra historia y emblema".
Con los datos sobre el total de exportaciones efectivizadas en 2016 -recientemente publicados-, es oportuno observar el efectivo costo fiscal que ha significado a las arcas públicas las transferencias al “campo” -¿la “gauchada”?- en materia de quita y reducción de retenciones a las exportaciones aplicadas el pasado diciembre de 2015 (a través del Decreto 133/2015).
Cabe agregar, como dato no menos relevante, que los beneficios de quita de retenciones también alcanzaron a las industrias exportadoras y a la minería, concatenándose una triada de decretos: 133/2015, 160/2015 y 349/2016.
Para este análisis, se retomó la metodología utilizada por CEPA en la publicación titulada “La Gauchada” que realizaba el cálculo para el primer semestre 2016. Considerando los datos al último día de diciembre de 2016, los resultados finales confirman lo que se proyectó en aquel momento, es decir, la transferencia del Estado Nacional hacia los exportadores alcanzó los $70 mil millones en todo el año pasado.
A todo esto debe adicionarse la importantísima transferencia de ingresos resultante de la devaluación. Solo para los Industriales de Oleaginosos y los Exportadores de Cereales, que liquidaron US$23.960 millones en 2016, esa transferencia representa unos $133,5 mil millones adicionales (comparando con el tipo de cambio promedio de 2015 y promedio de 2016) que, incluso deflactados por la inflación semestral, les significa un ingreso adicional en términos reales de más de $30 mil millones.
I– Las medidas
La eliminación de la política de control cambiario y la quita y reducción de retenciones a las exportaciones fueron las promesas concretadas con mayor celeridad por el actual gobierno nacional. Mucho se ha escrito respecto al supuesto “éxito” de la apertura cambiaria y sobre los “beneficios” de la quita de retenciones, e incluso acerca de los “efectos adversos” que la decisión trajo aparejada, como la megadevaluación, incrementos de intereses, fuga de capitales, inflación, entre otras. Sin embargo, poco se ha explorado sobre el impacto fiscal de las medidas.
Trascurrido poco más de un año de gestión – y con el diario del lunes en mano – es de utilidad realizar una aproximación del impacto de dicha medida en las arcas públicas, a fin de dimensionar la trasferencia de recursos que la política en cuestión implicó desde el conjunto de la población hacia una minoría de actores concentrados.
Tal como mencionábamos, la celeridad para cumplir esa promesa de campaña llevó a que apenas seis días después de asumir el gobierno, y el mismo día que se “abría” formalmente el “cepo”, el gobierno anunciara la quita de retenciones a los productos primarios y algunas manufacturas de origen agropecuario (MOA) mediante el Decreto 133/2015. Esta medida fijó en 0% los Derechos de Exportación (en adelante, DE) para todas las mercancías clasificadas entre los capítulos 1-24 y 41-53 del Nomenclador Común del Mercosur, a excepción de algunos productos puntuales entre los que se destacaba el caso de la soja. Tanto al poroto como a sus derivados, sólo se les redujo 5 puntos porcentuales de retenciones. Dos días más tarde, el 18 de diciembre, mediante otro decreto similar (en este caso el 160/2015) se eliminaron también los DE a productos industriales. Finalmente, en febrero de 2016 el gobierno decidió anexar a este esquema de quitas al sector minero, mediante el decreto 349/2016.
II- La estructura de lasretenciones
Esta tríada de decretos modificó sustancialmente la estructura impositiva del comercio exterior argentino. Mientras que antes el 99% de las exportaciones pagaban algún tipo de derechos, hoy esa proporción no llega al 40%. En otras palabras, mientras antes estaba exento del pago de derechos solo el 1% de las exportaciones, hoy esa exención alcanza casi al 65%. En el esquema actual, el 65% de los dólares exportados no pagan derechos de exportación.
En término de rangos, se observa (Cuadro N° 2) claramente el impacto de la quita a los bienes industriales sobre el rango de DE que va entre 1% y 5%, habiendo pasado de explicar el 41% de las exportaciones, al 2%. De igual modo, mientras que antes las exportaciones que tributaban entre 30% y 35% (principalmente las primarias) representaban el 41% del total, hoy no alcanzan el 10%. Ambas mermas en la participación de dichos rangos se encuentran fácilmente en el núcleo de exportaciones que hoy no pagan DE. Dicho “selecto” grupo pasó de ser el 1% al 64%, tal como mencionamos anteriormente.
En efecto, si bien la repercusión mediática de la quita estuvo principalmente vinculada a la medida en relación al sector minero y al agro, la eliminación de DE a los productos industriales tuvo también un impacto significativo.
III- El cálculo: ¿Cuánto se dejó derecaudar?
Para estimar el monto que el Estado Nacional resignó con estas medidas se realizó un listado de las posiciones arancelarias que sufrieron modificaciones, ya sea quitas o reducciones. Se cotejaron las exportaciones de dicho grupo registradas en el primer semestre a nivel de NCM/SIM. A las mismas se les aplicó la estructura de DE vigente hasta el 10/12/2015, es decir, previo a las modificaciones. Posteriormente, se realizó el mismo cálculo pero considerando en este caso las retenciones efectivamente pagadas, es decir, aplicando las nuevas alícuotas reducidas. La diferencia resultante entre ambos montos resulta en lo que el Estado dejó de percibir sólo por la eliminación de las retenciones.
Si convertimos este monto a pesos por el Tipo de Cambio (1) promedio de cada mes, obtenemos que la transferencia del estado a los exportadores ascendió a $69.609 millones.
Finalmente, en términos sectoriales lo que se observa es una clara preeminencia del sector agropecuario en la apropiación del beneficio de la medida, captando el 69% del monto liberado por el Estado, lo que es equivalente a unos $48 mil millones. Le siguen en importancia, bastante por detrás, la industria (17% del beneficio) y la minería (14%).
IV– Algunas equivalencias en el debate públicoactual
El importe anual que se dejó de percibir resulta sumamente relevante, ya que mediante la implementación de tres decretos el Estado Nacional dejó de recaudar casi la mitad de uno de los tributos con mayor impacto progresivo y $3,5 de cada $100 del total de los recursos tributarios.
La política implementada redujo la recaudación en $69.609 millones de pesos. Si se considera que el déficit fiscal del año 2016 ascendió a $359.382 millones, alcanzando 4,6% sobre el PBI, el monto dejado de recaudar equivale al 19,36% de tal déficit. En definitiva, se podría haber reducido el déficit a 3,70%.
Por otro lado, en relación al actual debate docente es posible considerar otra equivalencia. La diferencia entre pagar a todos los docentes de la Argentina 35% de aumento en lugar de 18% implica una erogación de 50.500 millones de pesos. Si bien esta erogación corresponde al nivel provincial de gobierno mientras que las retenciones refieren al orden nacional, es posible considerar que lo que se dejó de percibir por retenciones supera en $20.000 millones al diferencial salarial de los docentes.
Asimismo, el monto proyectado es también superior al subsidio anual de las tarifas recortado en 2016, estimado en $50 mil millones. Es decir, sin dicha quita y con dicha recaudación podría haberse evitado tal ajuste.
A este punto es relevante mencionar que, pese a la devaluación y la quita de retenciones, durante 2016 la producción agropecuaria se contrajo 5,52% medida en unidades físicas (2), pero aumentó sus precios (producto de las medidas mencionadas a lo largo del presente trabajo) en 83,86% (3). Lo mismo produjo en el sector minero, que redujo su producción en 5,3% pero aumentó los precios casi 50%. Finalmente la industria redujo su producción en unidades físicas en 5,7%, aumentando los precios casi un 40%. En conclusión, el impacto “prometido” por la quita de retenciones y la devaluación no se materializó en ningún aspecto productivo. En lo relacionado con el empleo, la información referida a estas actividades indica que entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016 la industria redujo la cantidad de trabajadores de 1.252.108 a 1.204.285 (casi 4%), la minería redujo 6,3% (de 85.735 a 80.325 empleos), y el sector agropecuario aumentó su plantilla un escaso 1,7% (de 316.546 a 322.081 trabajadores). Es decir, la quita de retenciones tampoco tuvo como correlato un aumento del empleo.
Notas al pie
(1) Se consideró el tipo de cambio resultante de la Comunicación “A” 3500 del BCRA.
(2) Indec, Índice de Variaciones Físicas (IVF) para 2016.
(3) Indec, Índice de Precios Implícitos (IPI) para 2016.
Descargue el informe
Para descargar el informe haga clic en este enlace.
Exportaciones, Campo, Retenciones, Recaudación, Impuestos, Ministerio de Agricultura