La movilidad previsional en contexto de pandemia: análisis del poder adquisitivo de la jubilación mínima y de la recaudación del sistema previsional a septiembre 2020
Con la presentación de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva (Ley 27.541), el presidente Alberto Fernández incluyó la suspensión de la formula previsional del macrismo con la intención de presentar una nueva fórmula de movilidad en junio 2020 para que ésa sea votada por el Congreso Nacional. La pandemia de COVID19 cambió abruptamente la agenda gubernamental a mediados de marzo (una vez definido el aumento de las jubilaciones por decreto para el primer trimestre) y postergó, en los hechos, la definición de la fórmula en 2020. En este marco, se anunció por decreto el nuevo aumento para septiembre, de 7,5%, en este caso sin segmentación por nivel de haber y con igual aplicación para todas las jubilaciones y pensiones.
Con el propósito de observar las implicancias de este aumento el informe se organiza en siete apartados. En la primera parte se analiza el aumento de las jubilaciones en septiembre de 2020. Luego, se muestra la recuperación de las jubilaciones en términos reales, siguiendo el caso de la jubilación mínima y de la masa agregada de beneficios. En tercer orden se describe el impacto de la política de cobertura gratuita de medicamentos para afiliados de PAMI, en base a la recaudación del Impuesto PAIS. A continuación, se estima las posibles subas de jubilaciones en diciembre próximo. En quinto lugar, se compara la evolución real de jubilaciones y salarios. En sexto orden se realiza una aproximación a la “inflación de los jubilados”. Y finalmente se describe las dificultades del pago de jubilaciones en relación a la histórica caída de la recaudación. Al cierre se esbozan las principales conclusiones.
1. El aumento de las jubilaciones en septiembre de 2020
La tercera movilidad del 2020 tiene lugar en septiembre y el aumento asciende a 7,5%. Esta suba implica un incremento generalizado a todas las jubilaciones, al igual que el segundo aumento del año, que ocurrió en el mes de junio pero marcando una diferencia con la actualización de marzo de 2020, que fue segmentada.
El anuncio realizado el 14 de agosto implica un incremento generalizado para las y los jubilados y pensionados, beneficiarias/os de AUH, Pensiones No Contributivas y demás prestaciones actualizables por movilidad. El aumento de septiembre, de 7,5% supone una erogación adicional mensual sólo para el conjunto de las y los jubilados y pensionados de casi $13 mil millones.
Si bien el tercer trimestre se encuentra en curso y aún no se conoce la inflación del periodo, es de esperar que el monto anunciado equipare la inflación de julio-septiembre. El IPC INDEC computó un aumento de 1,9% en julio y podría ser de 2,5% y 3,1% en agosto y septiembre respectivamente, lo que implicaría según estos datos, una inflación de 7,7% en el tercer trimestre de 2020 [1]. De ser así, la movilidad superaría a la inflación.
Por otro lado, el porcentaje se encuentra por debajo del 9,86% que hubiere correspondido en caso de aplicarse la fórmula anterior (votada en la reforma previsional de diciembre 2017, compuesta por inflación + salarios).
A contramano de las críticas esgrimidas hacia el Poder Ejecutivo por la suspensión de la movilidad previsional, no es la primera vez que el aumento de la movilidad en este 2020 supera la evolución de la inflación. El incremento promedio de marzo alcanzó 9,18% mientras que la inflación del período (primer trimestre) sumó 7,78%. En junio sucedió lo mismo: el aumento fue de 6,12% mientras que la inflación alcanzó 5,60%.
En el cuadro a continuación se estima el aumento absolutos (en pesos corrientes) de cada rango de haberes de las jubilaciones. Se observa la mayor concentración de los haberes en la mínima ($16.865) con 4,3 millones de jubilados/as, que representan el 47,9% del total de casos (que son 6,8 millones). Para ese nivel el aumento ascenderá a $1.265 (Cuadro 1).
2. Jubilaciones en pandemia: recuperación en contexto adverso
Evolución de la jubilación mínima en términos reales
La jubilación mínima experimenta en 2020 una recuperación que suma 4,4 puntos porcentuales adicionales respecto del promedio de 2019. Esta estimación considera la evolución de los aumentos junto con los bonos correspondientes y proyecta la inflación según las variaciones de REM-BCRA aplicadas sobre el guarismo publicado para julio 2020 y supone, en diciembre, un incremento similar a la inflación estimada (10,5%).
Esta suba del poder adquisitivo de las jubilaciones es doblemente valiosa por tratarse de un año de inédito retroceso de la actividad económica, que posiblemente llegue a dos dígitos al terminar 2020, según pronostica el FMI. No obstante, resta un camino importante para cerrar la brecha de pérdida de poder adquisitivo que se constata al comparar con diciembre 2015. Esa distancia es de 15,6 puntos porcentuales que deben recuperarse. Si durante 2015, un/a jubilado/a de la mínima percibió en promedio el equivalente a $100, en el primer semestre de 2020 recibirá en promedio $84,4. En efecto, entre 2015 y 2019 el poder adquisitivo se retrajo 19,1%. Por cada $100 que cobraba un jubilado de la mínima en 2015, en 2019 cobró el equivalente a $80,90 (Gráfico 1). Esos 20 puntos de pérdida de poder adquisitivo jubilatorio durante el mandato de Mauricio Macri se convirtieron en una mochila aún más pesada de cargar en este contexto de pandemia global. Así y todo, se recuperaría un cuarto de lo perdido en el primer año de gobierno de Frente de Todos.
Una cuenta que pocos hacen tiene que ver con el impacto de la política de medicamentos gratis que recuperó la administración actual del PAMI. Si se considera el promedio y valorización de los medicamentos consumidos por los adultos mayores gratuitos cubiertos por PAMI ponderado por la cantidad de jubilados, se adicionan aproximadamente 3,6 p.p. sobre el poder adquisitivo, alcanzando una recuperación de 8 puntos porcentuales para el año 2020 (Gráfico 2). La descripción del cálculo se describe en el apartado siguiente La movilidad que nadie vio: el aumento indirecto de las jubilaciones.
En el Gráfico 1 es también factible observar el sensible impacto de la reforma previsional aprobada en diciembre 2017, donde a instancias de una serie de recomendaciones elaboradas por el Fondo Monetario Internacional se fue modificado el índice de actualización de todas las prestaciones del sistema previsional, principalmente jubilaciones y AUH. Esto, sumado a la pérdida de poder adquisitivo experimentado por dichos ingresos aún con la fórmula anterior - en virtud del magro derrotero de la economía argentina (particularmente en 2016)- implicó un sensible perjuicio para las y los jubilados.
En el Gráfico 3 a continuación, se observa la evolución mensual del poder adquisitivo de la jubilación mínima.
En el Gráfico 3 se registra la fuerte caída del poder adquisitivo de la jubilación mínima desde 2015 hasta finales de 2019 y permite reconstruir una sucesión de hechos que se observan hacia el final de la serie y que se enumeran a continuación:
- En diciembre 2019 se distingue el efecto positivo de los dos bonos otorgados en dicho mes y en enero de 2020 que unifica todas las jubilaciones menores de $19.068 en ese valor
- En febrero de 2020 se regresa al valor de jubilación mínima -sin el impacto del bono-
- En marzo 2020 se observa el impacto del primer aumento por decreto de $1.500 más 2,3%.
- En abril, ya en el marco de la pandemia, se registra el bono de hasta $3.000.
- En junio 2020, se observa el impacto del aumento de 6,12%, en septiembre se percibe el aumento de 7,5% y en diciembre, la estimación de actualización en línea con la inflación.
La evolución agregada de jubilaciones: recuperación de la masa de jubilaciones en términos reales
El gasto en jubilaciones es creciente y eso se comprueba por la masa de erogación que la ANSES realiza para abonar las actuales movilidades jubilatorias, levemente por debajo de la erogación que hubiera correspondido con la formula macrista de 2017 y por encima de lo que hubiera correspondido sólo actualizando con inflación. En todos los casos la suma que se gastará en 2020 será mayor.
Este 2020 ANSES prevé una erogación que ascendería a $2.078 millones. Si se toma en cuenta la actualización con la formula anterior –que deriva de la reforma previsional de 2017- el gasto de ANSES hasta agosto hubiera ascendido a $2.092 millones. Finalmente, si sólo se actualizara de acuerdo a inflación, la erogación de ANSES hubiera ascendido a $1.941 millones.
En el cuadro a continuación se detallan los montos destinados en cada mes, sin incluir aguinaldo, al pago de la totalidad de jubilaciones y pensiones desde diciembre 2019 hasta noviembre 2020.
El escenario de recuperación de la situación previsional en 2020 no es uniforme ya que la distribución interna de los aumentos no es homogénea (Gráfico 4).
Como se dijo, la Jubilación Mínima recupera 4,4%, mientras que la jubilación máxima se redujo en términos reales 5 puntos porcentuales. Esto reduce levemente la desigualdad intrínseca al sistema previsional. A su vez, si se compara lo sucedido con el haber medio de beneficios contributivos se observa que en 2020 se produce una recuperación de 2,2% i.a. Por otro lado, si se considera el haber medio del total de beneficios, la situación muestra una recuperación de 3,2% respecto al año anterior.
3. La movilidad que nadie vio: el aumento indirecto de las jubilaciones
A partir de marzo de 2020 se implementa la cobertura integral de medicamentos por parte del PAMI. Según el organismo “La política de Medicamentos Gratis garantiza el derecho a la salud de todas las jubiladas y los jubilados. Esta política incluye todas las modalidades de dispensa: Subsidio por Razones Sociales, Tratamientos Especiales, Vías de Excepción y el Nuevo Vademécum PAMI a partir del cual duplicamos, respecto al 2019, el acceso a la cobertura total de medicamentos que hoy alcanza a más de 2.300.000 personas afiliadas. Gracias a este programa integral de medicamentos gratis y/o descuentos, las personas afiliadas se ahorran en promedio $3.200, que representa un 20% del haber jubilatorio mínimo”.
Teniendo en cuenta que el PAMI alcanza a 4.935.778 [2] personas y que los titulares de beneficios jubilatorios de Anses suman 5.661.119 casos, el beneficio de Medicamentos Gratis alcanza al 87% de los casos, es decir que 9 de cada 10 personas afiliadas recibe al menos un medicamento gratis.
Si se considera que la cobertura vigente un año antes (a abril 2019) sumabaa valores de 2020 un ahorro de $2.528 [3] para el conjunto de las jubilaciones, la nueva cobertura implica $1.426 adicionales, alcanzando $3.167.
En virtud de los datos mencionados se confirma que la medida significó un incremento real de la jubilación mínima de casi 4%, que se incorpora a la cobertura previa de medicamentos alcanzando niveles cercanos al 20%. Se puede afirmar que, al mes de septiembre, esta política implicó una cuarta movilidad para los jubilados: tres del Anses y una del PAMI (Gráfico 4).
Asimismo, el PAMI logró un acuerdo con la industria farmacéutica por el cual se congelan los precios de los medicamentos para PAMI (PVP PAMI) hasta el 31 de octubre, logrando de esta forma que aquellos medicamentos con copago no aumenten en la parte que pagan las personas afiliadas. Esto implica un beneficio adicional a la política de medicamentos gratuitos.
El financiamiento de medicamentos: evolución del Impuesto PAIS
La Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva creó el Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS). La normativa de este impuesto establece que lo recaudado se distribuya de la siguiente forma: un 70% para financiar los programas a cargo de ANSES y el INSSJP y el 30% restante a obras de vivienda social, obras de infraestructura económica y fomento del turismo nacional. Del 70%, el 60% de destino a ANSES y el 40% a PAMI para cubrir las prestaciones del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
Según los datos de AFIP, a julio de 2020 el impuesto lleva recaudado $67.723 millones, por lo que el PAMI logró obtener la suma de $18.962 millones para afrontar la política de cobertura al 100% de medicamentos de adultos mayores.
El impuesto PAIS es un claro ejemplo de una política tributaria progresiva, ya que mediante el mismo se gravan exteriorizaciones de capacidades contributivas (compras de moneda extranjera para atesoramiento, compras en el exterior y turismo) y lo recaudado se destina a ANSES y PAMI para financiar los programas de estos organismos que trabajan con los sectores más vulnerables.
4. La dinámica de la movilidad anterior: en diciembre los jubilados perderían contra la inflación
Con el mecanismo de actualización votado a finales de 2017 se presentaba una gran paradoja para las arcas del Estado, derivado de que la fórmula implicaba la actualización de las jubilaciones en base a la inflación pasada, con un atraso de seis meses ¿Qué sucedía? En escenarios de inflación in crescendo, las jubilaciones se pagan sin demasiada dificultad porque actualizan con inflación menor, mientras que, como resultado de dicha inflación, la recaudación tiende a aumentar. Pero cuando sucede lo contrario, como desde diciembre de 2019, al reducirse la inflación la recaudación tiende a ser menor, pero las arcas deben afrontar aumentos crecientes de jubilaciones. A esto se le adiciona el agravamiento de la situación como resultado del coronavirus, que afectó particularmente la recaudación de recursos de seguridad social.
Como se puede observar en el cuadro previo, la actualización de diciembre según la movilidad anterior hubiese alcanzado 4,7%. Si se considera la evolución del REM BCRA y la evolución ajustada del mismo[4] y teniendo en cuenta que los aumentos por decreto siguen la inflación de los trimestres previos, entonces la actualización sumaría entre 12,2% y 10,5%.
En el gráfico se puede notar esta dinámica. Las actualizaciones por decreto superan levemente la inflación del trimestre previo y quedan por debajo de los guarismos determinados según la movilidad anterior. Pero esto se modifica en diciembre. No es casual sino que deriva de la dinámica de la fórmula macrista: las actualizaciones de marzo, junio y septiembre consideran la inflación de los trimestres 7 a 9/19, que alcanzo 12,6%, del 10 a 12/19, que sumó 11,7%, y de 1 a 3/20, con 7,8%. En cambio, la actualización de diciembre toma las variaciones de precios de 4/20 a 6/20, que computan 5,6% y las variaciones de salarios, de sólo 2,5%.
5. ¿Quién sorteó mejor la pandemia: las jubilaciones o los salarios? Análisis comparativo
A contramano de cualquier pronóstico, a septiembre 2020 las jubilaciones tienen un aumento real superior al de los salarios del sector privados. Al mes de agosto la brecha es de 14 puntos porcentuales.
En el período agosto 2018 a noviembre 2019 la variación de salario y jubilaciones se mantuvo estable en el tiempo. Entre diciembre/enero y abril de 2020, con el impacto de los bonos la curva de jubilación mínima se separa de la de salarios nominales. Pero es desde este último mes (abril) en adelante que aparece una brecha entre ambas curvas, derivada de la evolución diferencial en pandemia. Por un lado, los salarios caen en abril y tienden a recuperarse lentamente, mientras que las jubilaciones aumentan con el bono de abril, se reducen en mayo (aunque mucho menos que los salarios) y luego, con la nueva actualización de junio, mantienen el diferencial.
6. Una aproximación a la “inflación de los jubilados” en 2020 ¿más alta o más baja que la medición general?
Suele mencionarse que la inflación de los jubilados es mayor a la habitual. Esto se debe a que los gastos de los adultos mayores se concentran en alimentos, medicamentos y servicios públicos. En Argentina no se realiza una estimación de inflación por segmento etario, que consistiría en modificar los ponderadores para cada grupo humano. Sin embargo, es posible analizar como evolucionaron estos tres componentes mencionados.
Tal como se observa en el cuadro, la variación de precios de alimentos quedó por encima del promedio, mientras que la de medicamentos y servicios quedaron muy por debajo. Si se realiza un ejercicio arbitrario, pero considerando un reparto de gastos de los jubilados repartidos entre los tres componentes mencionados (alimentos, medicamentos y servicios), con una ponderación de 40% alimentos, 30% medicamentos y 30% servicios, entonces la inflación del segmento se encontraría por debajo de la variación de precios promedio.
7. Contexto de jubilaciones al alza: histórica caída de la recaudación
El aumento del mes de septiembre a la luz de la evolución de la recaudación
La jubilación media en el primer semestre de 2020 creció 0,9% mientras la recaudación de ANSES cayó 10%. El comportamiento inverso entre suba de jubilación con baja de ingresos es la primera vez que se registra en años recientes (ver Cuadro 5, 2015-2020).
Entre 2015 y 2019, la recaudación y las jubilaciones en términos reales se mueven a la par, con una reducción algo más sensible en las jubilaciones. Esto se produce en un escenario de inflación creciente y habiéndose modificado la ley de movilidad a finales de 2017, que afectó el valor de las mismas.
En 2020 se modifica la lógica previa. Se observa que, mientras se produce unasignificativa caída de la recaudación como resultado del impacto económico de la pandemia, a la par las jubilaciones se incrementan en términos reales, lo que configura el comportamiento inverso de las curvas respecto de la etapa previa.
Los datos de variación anual muestran lo sucedido: caída en la recaudación en 2016, leve recuperación en 2017, caída en 2018 y fuerte caída en 2019 y en 2020, en este último caso como resultado de la pandemia. Las jubilaciones muestran una evolución similar entre 2016 y 2019, pero en 2020, se produce una leve recuperación a contramano de lo sucedido en la recaudación.
Evolución de los principales indicadores que impactan sobre la recaudación de recursos de la Seguridad Social
Poco se ha discutido acerca de uno de los problemas principales de la fórmula de actualización anterior: la disociación del mecanismo de actualización con la evolución de la recaudación. Sorprende que quienes suelen “preocuparse” por la evolución previsional soslayen este debate, que en definitiva se refiere al financiamiento del sistema. Como se verá más adelante, este planteo no implica sugerir el condicionamiento de las jubilaciones necesariamente a la evolución a la recaudación (ya que de hecho se financian en buena parte de rentas generales) sino, antes bien, a poner en valor los esfuerzos realizados para sostener mejoras constantes en jubilaciones a pesar de un escenario económico particularmente afectado por el COVID-19 y de la caída de la recaudación heredada de la caída de la actividad a lo largo del segundo semestre de 2019.
Caída del salario: El sueldo de los trabajadores registrados es la principal fuente de recaudación de recursos de Seguridad Social. Los salarios registrados privados se redujeron notablemente entre 2015 y 2019. La caída supera el 15% promedio, con un agravante: hacia diciembre, la reducción resulta particularmente sensible, lo que implica un punto de partida muy bajo para las discusiones paritarias de 2020. Peor aún, el coronavirus ha tenido un impacto significativo en los salarios, no sólo por los numerosos casos de atrasos salariales sino particularmente por los acuerdos de reducciones salariales orientados a evitar despidos.
Caída empleo registrado: A la par de la caída del salario, se percibe una importante reducción del empleo registrado privado. Si se compara febrero de 2015, donde se computaban 6,179 millones de trabajadores y febrero de 2020, donde se estimaban 6,013 millones de trabajadores, la reducción del empleo significó 165 mil puestos de trabajo menos. Es decir, no sólo no aumentó el empleo a la par del crecimiento poblacional o la PEA, sino que se redujo sensiblemente.
Un incremento de la precarización: Como resultado de la configuración del mercado de trabajo a lo largo de los últimos cuatro años, a la par de la reducción del empleo registrado se vislumbra un incremento del monotributismo, cuyos aportes al Sistema de Seguridad Social resultan sensiblemente menores a los del trabajo registrado.
Informalidad laboral: La continuidad de elevados niveles de informalidad conspira contra la recaudación de recursos de la Seguridad Social. Luego de la sensible caída del empleo no registrado entre 2003 y 2008, se relentizó la reducción del mismo hasta 2015. Desde 2016 modifica su comportamiento comenzando a incrementarse levemente, sumando algo más de 1 p.p. al II trimestre de 2019.
El debate sobre lo contributivo
Adicionalmente, resulta oportuno abordar un debate recurrente en materia de seguridad social: la cobertura del gasto destinado a jubilaciones cubierto por aportes y contribuciones.
Suele escucharse reclamos de determinados sectores que consideran necesario separar lo contributivo de lo no contributivo. El objetivo de esta propuesta apunta a que lo contributivo tenga un desarrollo acorde a la recaudación de seguridad social (es decir, más beneficioso dado que hablamos de trabajadores registrados) mientras que lo no contributivo quede sujeto a arbitrariedades o ajustes. Estas voces cuestionan que no se discrimine entre gastos contributivos y no contributivos (olvidándose que buena parte de las jubilaciones se paga con rentas generales, como se percibe en el gráfico a continuación), las leyes de movilidad “para todos” y las moratorias (consideran que afectan a jubilados “con aportes”). En momentos donde la pandemia impacta, significativamente sobre la recaudación de recursos de Seguridad Social, como se ilustró en el apartado anterior, deberían reivindicar que la no discriminación mencionada permite compensar esa situación que, de otra forma, implicaría una fortísima reducción de las jubilaciones “contributivas”.
Hoy, no sólo en Argentina sino en el mundo se debate cómo se va a financiar la seguridad social, en un contexto de cambios en el ámbito laboral con caída de trabajos registrados e incrementos de nuevas modalidades precarizadas a la par de la necesidad de incrementar los recursos destinados seguridad social, asociados a una expectativa de vida mayor y la demanda de una mejor calidad de vida. Ya no alcanza con que los trabajadores activos financien a los pasivos. Frente a la necesidad de pensar fuentes de financiamiento adicionales, el impuesto PAIS es un gran paso por el cual los sectores de mayores recursos financian a los organismos que atienden a los sectores más vulnerables.
En el gráfico a continuación es posible observar que:
- la moratoria jubilatoria, que incrementó la cantidad de casos de jubilados, no afectó sensiblemente la cobertura de las jubilaciones con recursos de Seguridad Social;
- la brutal caída entre 2013 y 2019, cuando se llegó a cubrir sólo el 50% de las erogaciones relacionadas con esta materia;
- se produce una leve recuperación que no logra consolidarse en los primeros dos meses de 2020:
- a consecuencia del coronavirus se precipita la curva: sólo el 24% del sistema está financiado por aportes y contribuciones.
Conclusiones
A pesar de todo pronóstico, en 2020 las jubilaciones habrán aumentado 4,4 puntos porcentuales en términos reales.Esta suba logra recortar un cuarto de la pérdida de poder adquisitivo durante el macrismo, que fue de casi 20 puntos. El mérito adicional es que ese recorte se produce a pesar de la pandemia.
El 2020 no tendrá sólo 4 actualizaciones jubilatorias sino que tendrá 5.Hay una movilidad jubilatoria que nadie vio ni cuantificó: la política de medicamentos gratuitos. Esta medida agregó 4% de recuperación real de las jubilaciones mínimas, recomponiendo el poder adquisitivo a través de un ingreso indirecto. El PAMI logró obtener, además, una fuente de financiamiento de la que antes carecía: el impuesto PAIS le otorga más de $60 mil millones en lo que va del año. Esto significa un proceso redistributivo muy claro desde sectores más pudientes, que acceden al dólar ahorro, hacia las y los jubilados de menores haberes.
Por otro lado, al comparar la dinámica salarial con la dinámica de las jubilaciones, hasta septiembre 2020 se observa que los haberes jubilatorios logran ganar poder adquisitivo mientras que los salarios no tienen el mismo derrotero. La brecha asciende a 14 p.p. de diferencia. Dicho de otro modo: en un escenario de retracción de los salarios, las jubilaciones mantienen poder adquisitivo e incluso mejoran su performance.
El incremento jubilatorio debe ser considerado al calor de la evolución de la recaudación, particularmente en la etapa afectada por la pandemia donde se visualiza una fuerte tendencia inversa:profunda caída de recaudación de ANSES con suba del gasto real en jubilaciones. La decisión de no perder poder adquisitivo toma real dimensión al considerar la caída de 10% en la recaudación real de los recursos de seguridad social a junio de 2020. Esto confronta con lo sucedido en los años previos donde la recaudación cayó 19,5% en términos reales y las jubilaciones acompañaron el proceso cayendo casi 15%.
Resulta contundente, en este sentido, la sensible reducción de la cobertura de gastos de seguridad social con aportes y contribuciones, que llega en junio de 2020 a sólo el 24%. Nunca antes el sistema de seguridad social había sido abastecido tan pobremente de los aportes y contribuciones y había requerido un complemento tan holgado de rentas generales para lograr afrontar los gastos.
Finalmente mencionar que, tal como anticipó CEPA en informes previos, la dinámica derivada de la fórmula macrista de actualización (con un atraso de seis meses) ha provocado que los aumentos determinados por decreto en 2020, en línea con la inflación, quedaran por debajo de los guarismos de la movilidad anterior. Esto se modificará en la actualización de diciembre de 2020. Con la fórmula anterior el incremento ascendería a sólo 4,7% (ya que toma las variaciones de precios de abril a junio de 2020, que computan 5,6% y las variaciones de salarios del mismo período, de sólo 2,5%), mientras que si el decreto actualiza los valores según la variación de precios del trimestre previo, sumaría entre 12,2% y 10,5% (si se considera la evolución del REM-BCRA y la evolución ajustada del mismo [5]), ganándole sustancialmente al valor de la vieja fórmula.
[1] La estimación se realiza considerando variaciones del REM en agosto y septiembre respecto de julio partiendo del 1,9% publicado en el último reporte del Banco Central.
[3] Corresponde a $1.741 a valores de abril de 2019. La actualización se realizó considerando la evolución de precios de los 0 medicamentos más consumidos por los adultos mayores en la base de precios de Kayros.
[4] Proyectando los valores a partir de las variaciones previstas en la última publicación pero partiendo del 1,9 determinado en julio de 2020 por el INDEC:
[5] Proyectando los valores a partir de las variaciones previstas en la última publicación pero partiendo del 1,9 determinado en julio de 2020 por el INDEC.
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